Te quiero en primavera,
porque me hiciste pasar el frío del invierno
con tu calor dispuesto para el corazón mío.
Te quiero en primavera,
porque en las yemas brotadas aflora la vida
como tu mirada a mi piel adherida.
Te quiero en primavera,
porque en cada duraznero florecido
hay un te quiero tuyo renacido.
Te quiero en primavera,
porque en sus días radiantes y en sus noches calmas
tu silueta entera me penetra por las venas.
Te quiero en primavera,
porque en el vuelo trazado de la primera golondrina
solo se dibuja tu figura y mi corazón atina.
Te quiero en primavera,
porque la tierra ansiosa reclama semillas
como tú abonas prodigios.
Te quiero en primavera,
porque es ahora en que intensamente vivo
más que nunca, es cuando todo retoña.
Te quiero en primavera,
pero recuerda que te quiero,
vestida de blanco como el invierno,
con tus rizos dorados del otoño
y tu sabor de frutas frescas del verano.
Jorge Laserna Vargas
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